sábado, diciembre 22, 2018

El debate constituyente y el ejercicio de la participaciòn en Cuba

Varios meses han transcurrido desde que se anunció la Reforma Constitucional y ya son varios los momentos que se han vivido desde ese anuncio, hasta el actual proceso de debate y presentación del documento que será sometido a aprobación popular en el mes de febrero.
Las cifras de asistencia a las reuniones de discusión en todo el territorio nacional han sido bien amplia y denota el interés de toda la población. Puede resultar intrascendente para muchos, acusarnos de la "obliguntariedad" del proceso y de que no es "legitima" la participación, sobre todo si recurrimos al grandísimo saco de las definiciones.
Por esa cuerda quisiera hacer transitar estas anotaciones.
Hay ciertos rasgos de la participación en nuestro país que resultan "ilógicas" para muchos y "poco verdaderas" para otros, lo imposible de ocultar es que la gente "fue" y "habló". 
Sacados de nuestras pasiones "debatidoras": el Beisbol; el valor de cambio del Dólar, el Euro, la Libra Esterlina y el Dólar Canadiense y por supuesto la cadena productiva de la Harina de Trigo, esta última con una gran preponderancia que nos ha sometido al estudio del valor del trigo en el mercado mundial, las técnicas de sembrado en medio mundo y hasta el intento de desarrollar alguna que otra variedad adaptable nuestro trópico. 
Los cubanos nos dimos tiempo para hablar sobre el matrimonio gay, la obligatoriedad del trabajo, la necesidad de aceptar que un presidente puede tener más de 65 años, pues es  la sabiduría la que se obtiene con la edad y vamos caminos a ser uno de los países más envejecidos del mundo. Creo también que por aquello de que ¡el diablo sabe más por viejo que por sabio!
Yo me quedo con lo que vi, sin ponerle tantos apellidos a la PARTICIPACIÒN: Que si fue efectiva, que si fue consciente, que si fue a nivel comunitario. 
Lo real y destacable es que al Grupo de Redacción de la Constitución se le deben haber puesto los pelos de punta con la cantidad de sugerencias que el análisis a nivel de la población se generó.
Muchos de los cubanos sencillos, sin títulos ni muchos cargos fueron a los debates con el texto subrayado y no dudo que muchos sacaran sus empolvados Larousse y descargaran de internet algunas constituciones de otros países para ver cómo participar en el espacio que tenían en su barrio o el centro de trabajo. Montesquieu, debe haberse revuelto en su tumba ante tantas interpretaciones constitucionales que podemos dar los cubanos, desde las radicalidades as extremas hasta las defensas de derechos que no por consagrados queremos queden sin ser pronunciados.
Eso solo es posible y lo digo con tremendo orgullo hoy Día del Educador porque casi todo el mundo en este país tiene como mínimo un 9no grado de escolaridad.

Yo me quedo con esa imperfecta PARTICIPACION que no por suerte se ve en nuestro país.




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