Varios meses han transcurrido desde que se anunció la Reforma Constitucional
y ya son varios los momentos que se han vivido desde ese anuncio, hasta el
actual proceso de debate y presentación del documento que será sometido a aprobación
popular en el mes de febrero.
Las cifras de asistencia a las reuniones de discusión en todo el territorio
nacional han sido bien amplia y denota el interés de toda la población. Puede
resultar intrascendente para muchos, acusarnos de la
"obliguntariedad" del proceso y de que no es "legitima" la participación,
sobre todo si recurrimos al grandísimo saco de las definiciones.
Por esa cuerda quisiera hacer transitar estas anotaciones.
Hay ciertos rasgos de la participación en nuestro país que resultan "ilógicas"
para muchos y "poco verdaderas" para otros, lo imposible de ocultar
es que la gente "fue" y "habló".
Sacados de nuestras pasiones "debatidoras": el Beisbol; el valor
de cambio del Dólar, el Euro, la Libra Esterlina y el Dólar Canadiense y por supuesto
la cadena productiva de la Harina de Trigo, esta última con una gran
preponderancia que nos ha sometido al estudio del valor del trigo en el mercado
mundial, las técnicas de sembrado en medio mundo y hasta el intento de
desarrollar alguna que otra variedad adaptable nuestro trópico.
Los cubanos nos dimos tiempo para hablar sobre el matrimonio gay, la
obligatoriedad del trabajo, la necesidad de aceptar que un presidente puede
tener más de 65 años, pues es la sabiduría la que se obtiene con la edad
y vamos caminos a ser uno de los países más envejecidos del mundo. Creo también
que por aquello de que ¡el diablo sabe más por viejo que por sabio!
Yo me quedo con lo que vi, sin ponerle tantos apellidos a la PARTICIPACIÒN:
Que si fue efectiva, que si fue consciente, que si fue a nivel
comunitario.
Lo real y destacable es que al Grupo de Redacción de la Constitución se le
deben haber puesto los pelos de punta con la cantidad de sugerencias que el análisis
a nivel de la población se generó.
Muchos de los cubanos sencillos, sin títulos ni muchos cargos fueron a los
debates con el texto subrayado y no dudo que muchos sacaran sus empolvados Larousse
y descargaran de internet algunas constituciones de otros países para ver cómo
participar en el espacio que tenían en su barrio o el centro de trabajo. Montesquieu,
debe haberse revuelto en su tumba ante tantas interpretaciones constitucionales
que podemos dar los cubanos, desde las radicalidades as extremas hasta las
defensas de derechos que no por consagrados queremos queden sin ser
pronunciados.
Eso solo es posible y lo digo con tremendo orgullo hoy Día del Educador porque
casi todo el mundo en este país tiene como mínimo un 9no grado de escolaridad.
Yo me quedo con esa imperfecta PARTICIPACION que no por suerte se ve en
nuestro país.
Muy bueno....
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