De chico siempre supe por las películas, que las altas temperaturas de los desiertos, el sol abrazador y la falta de agua para beber, provocaban lo que se describía como espejismos. Aquellos estados mentales, supuestamente ofrecían oasis con la sombra deseada o el abundante líquido que calmaría la sed del viajero.
Jamás pensé que los espejismos podrían funcionar a nivel planetario. La sorpresa, que no es convicción, me la he llevado hoy en la mañana cuando la prensa me anunciab
a el nombre del flamante nuevo Premio Novel de la Paz.
¡Increíble!
Es tanta la necesidad de corrección de las políticas erradas de los gobiernos norteamericanos, que creemos que lo hecho por el nuevo inquilino de la Casa Blanca, ha modificado en algo lo que nos legó el anterior presidente. (Al cual no nombro como tampoco Harry Potter nombra al que no debe ser nombrado. Ya saben ustedes por qué).
Los argumentos del díscolo jurado del Novel, “reconoce” los esfuerzos de Obama en pos del desarme nuclear, y haber logrado un nuevo clima en las relaciones internacionales, mostrar una visión del mundo sin armas nucleares, entre otras cosas.
El espejismo que ronda no solo al mencionado jurado creo que se ha dejado llevar y confunde palabras con hechos. No solo siguen las guerras en Irak y Afganistán, sino que se acuerda con el colombiano Uribe, la extensión del poderío militar hacia América Latina y se conciben siete nuevas bases en el territorio suramericano.
El supuesto abandono del hipertrofiado proyecto de escudo antimisiles, solo se sustituye por otro que se acomode a la real economía norteamericana y a las demandas de su poderosa industria militar. La otra falacia que “sustenta” la decisión, se refiere a las acciones desarrolladas en pos de las actuales necesidades de enfrentar el cambio climático. ¿Alguien ha visto que se haya hecho algo?
En todos los casos solo he visto un presidente que sabe moverse en los escenarios como bailarina que domina su papel nada más. Sería más justo reconocer que el Novel reconoce la capacidad oratoria de Obama.
No confundamos nuestros deseos de paz, desarme o un mundo sustentable con las áridas praderas del desierto que es hoy el entorno político de Obama.
Eduardo Rafael Ávila Rumayor
9 de octubre de 2009.
Jamás pensé que los espejismos podrían funcionar a nivel planetario. La sorpresa, que no es convicción, me la he llevado hoy en la mañana cuando la prensa me anunciab
a el nombre del flamante nuevo Premio Novel de la Paz.¡Increíble!
Es tanta la necesidad de corrección de las políticas erradas de los gobiernos norteamericanos, que creemos que lo hecho por el nuevo inquilino de la Casa Blanca, ha modificado en algo lo que nos legó el anterior presidente. (Al cual no nombro como tampoco Harry Potter nombra al que no debe ser nombrado. Ya saben ustedes por qué).
Los argumentos del díscolo jurado del Novel, “reconoce” los esfuerzos de Obama en pos del desarme nuclear, y haber logrado un nuevo clima en las relaciones internacionales, mostrar una visión del mundo sin armas nucleares, entre otras cosas.
El espejismo que ronda no solo al mencionado jurado creo que se ha dejado llevar y confunde palabras con hechos. No solo siguen las guerras en Irak y Afganistán, sino que se acuerda con el colombiano Uribe, la extensión del poderío militar hacia América Latina y se conciben siete nuevas bases en el territorio suramericano.
El supuesto abandono del hipertrofiado proyecto de escudo antimisiles, solo se sustituye por otro que se acomode a la real economía norteamericana y a las demandas de su poderosa industria militar. La otra falacia que “sustenta” la decisión, se refiere a las acciones desarrolladas en pos de las actuales necesidades de enfrentar el cambio climático. ¿Alguien ha visto que se haya hecho algo?
En todos los casos solo he visto un presidente que sabe moverse en los escenarios como bailarina que domina su papel nada más. Sería más justo reconocer que el Novel reconoce la capacidad oratoria de Obama.
No confundamos nuestros deseos de paz, desarme o un mundo sustentable con las áridas praderas del desierto que es hoy el entorno político de Obama.
Eduardo Rafael Ávila Rumayor
9 de octubre de 2009.
Completamente de acuerdo contigo en que los méritos que le atribuyen aun no son suficientes para hacerlo acreedor de esta distinción y como muy bien señalas son más las acciones contra la paz las realizadas por Obama, me parece que este nobel ha caído en las redes de la publicidad e impacto mediático que habitualmente rodean el aura del galardonado presidente. Saludos.
ResponderEliminarSer premio Nobel hoy en día es como ganar el tour de Francia...está devaluado. Sigue habiendo gente que lo sigue, que lo cree y que lo apoya, pero el doping ha hecho que pierda credibilidad y romanticismo
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