miércoles, septiembre 23, 2009

¡Gústele a quién le guste y pésele a quién le pese!

Mucho se ha hablado en estos días del megaconcierto que en La Habana se desarrolló el pasado domingo, impulsado por Juanes y un grupo de artistas de mayor o menor reconocimiento artístico. La politización extrema de tal hecho, ha vuelto a poner a nuestra pequeña Cuba en el vórtice de las agendas de los grandes medios de comunicación. Lamentable, creo ha resultado, en muchos casos el tratamiento dado a la noticia y sus detalles.
Desde que se planteara la idea en junio o julio, tras una breve visita turística de Juanes a La Habana, se estableció con claridad una división de criterios que alcanzó sus más álgidos tintes cuando se profirieron amenazas de muerte contra el promotor del hecho cultural. No faltaron las clásicas andanadas de acusaciones que vinculaban a los artistas con el “monstruo comunista” que pervive pese a los deseos de muerte en el cálido Caribe.
Lo vivido el pasado 20 de septiembre, se ha catalogado como el tercer acto artístico cultural de mayor convocatoria a nivel mundial, solo superado por los conciertos en Rio de Janeiro por Rod Stewart en 1994 y The Rolling Stone en el 2006, respectivamente. Cerca de 180 medios de prensa solicitaron cobertura del hecho y trasmitieron sus visiones de lo vivido, incluyendo algunos que escapados de su real sentido y solicitud, se dedicaron a cazar los detalles que permitieran alimentar el morbo de muchos que no se cansan de negar y hacer ver a la Isla como el Infierno de Dante.
Así, se podía escuchar al muy gustado Follonero español, en trasmisión directa desde el malecón habanero, comunicarle a su estelar compañero de parrilla Andreu Buenafuente, que no había sentido ninguna “presión o persecución” por parte de los “agentes cubanos”. Los que conocemos las intríngulis de este gustado programa dominical español sabemos que “follón” en buen cubano sería “brete o chanchullo” de lo que se infiere que si El Follonero estaba en La Habana, era precisamente para trasmitir el concierto desde una lectura bretera, chanchullera o follonera.
Otro aparte merece la conductora Gina Romero, del estelar programa del Canal 41 América TV, que alejada del objetivo para el cual se acreditó, se presentó en las salas de Psiquiatría de un hospital habanero, para entrevistar al “célebre Pánfilo”, un alcohólico del cual unos inescrupulosos “reporteros” captaron y publicaron en la internet su urgente pedido de “Jama”. Convertido en estandarte de esa mafia que amenazó de muerte a Juanes y su familia en Miami y presentado como “silenciado opositor al régimen” por Elizardo Sánchez, conocido camaján de la fauna “disidente” cubana; es la nueva estrella de los pedidos de ayuda (sobre todo financiera) que debe aportarse en cuentas de dudosa propiedad.
La danza y el festín que ha provocado entre los medios el concierto, ha sido aprovechada para legitimar, ya no tan veladamente, ciertos apelativos que siempre se relacionan con Cuba y el proceso revolucionario que construimos.
Así, la cadena española La Sexta, en su noticiario estelar del mediodía le cargaba sin ton ni son el apelativo de “exiliados y críticos con el régimen de Castro” a los cubanos afiliados a la asociación Euskadi-cuba.
Otro ejemplo que acompaña este actuar prostituido de los mas media en su retórica anticubana, lo constituye el titular de El país, que en su edición de hoy 23 de septiembre, recurre al manido concepto de “Tiranía” para hacer cualquier referencia a lo que acontece en Cuba. El artículo: “Música y tiranía desafinan” de la periodista Rocío García, vuelve a inocular el veneno a los incautos lectores españoles, para los cuales la isla está demasiado lejana para verificar sus anotaciones, y la “verdad” les llega por boca y gracia de su bien pagado comentario. Detrás está el Gigante PRISA, ese mismo que aúpa y otorga premios-salario a “Generación Y” y su famélica (no de cuerpo aunque lo parezca, me refiero a su pensamiento) Yoani Sánchez.
Preocupa extremadamente, en esta sociedad, el alto grado de manipulación que se logra bajo una falsa fachada de Libertad de expresión. Para muchos, no pasa de ser una caricatura que se acepta como a las cazuelas, películas y cualquier cosa que acompañe en los kioscos o estanquillos de prensa a estos grandes periódicos.
La parábola del vaso medio vacío o medio lleno, que nos ilustra la visión de los pesimistas o los optimistas, según la parte que se vea. Esta vez pudiera acercarnos a quienes pérfidamente han visto este magno evento, desarrollado por un grupo de artistas contemporáneos, como un medio para alimentar el morbo y el odio hacia la Revolución Cubana y su pueblo.
Por suerte y como dijo Juan Formel, el mítico líder de la orquesta encargada de cerrar el concierto habanero, “el concierto se hizo gústele a quién le guste y pésele a quién le pese”.
Eduardo Rafael Avila Rumayor
23 de septiembre de 2009.

3 comentarios:

  1. Gustazo de leer este trabajo en un blog que lleva un nombre tan entrañable para mí: el zarapico de Feijoo, Sencible zarapico. Estoy a tu disposición en mi blog http://islamiacu.blogspot.com y en la red http://bloguerosrevolución.ning.com Un abrazo,

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  2. Insinuas a caso que la prensa no es objetiva o que no actúa de buena fe???

    Mmmm no sé si esa acusación tiene fundamentos...

    La objetividad si alguna vez existió se perdió para siempre, ahora bien, ni le monde diplomatique ni kaos en la red se salvan de ello.

    http://postviviendo.blogspot.com/2009/08/las-noticias.html

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  3. Hombre, sigo pensando igual que antes de que se realizara el concierto: aprovechamiento de los artistas para obtener publicidad, Bosé hace años que no saca ningún disco nuevo y Juanes no es precisamente Michael Jackson. Pronto veremos comercializarse el concierto en todos los formatos, otra expresión más del neoliberalismo musical.
    Mi respeto y admiración por el pueblo cubano.
    Saludos.

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